El lunes os prometí que tenia algo especial. ¡Pues aquí está!
Hoy entrevistamos a Chiki Fábregat que ha concedido a la biblioteca un poco de su tiempo para responder a nuestras preguntas.
Chiki (Esperanza Fabregat) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en animación a la lectura por el CEPLI de Castilla la Mancha. Ha colaborado con la editorial Bruño en la realización de diversos comentarios para la colección Altamar y ha dirigido la colección Lectura Comprensiva de la editorial Dylar, con la que sigue colaborando.
Ha impartido cursos de animación a la lectura para profesores y maestros en múltiples escuelas y centros de formación de profesorado de España, así como en el centro de coordinación del profesorado de escuelas bilingües en de Tyler, Texas.
Coordina el Taller de creación de historias mínimas de Caixa Forum para estudiantes de ESO y el departamento de LIJ de la Escuela de Escritores.
Es coautora de los libros Cuentos para educar II, Cuentos para prevenir, Cuentos para coeducar, Cuentos para fomentar la autoestima y Cuentos sobre el ocio activo de la CEAPA y de la colección Soy un superhéroe, bajo el pseudónimo Isaura Lee.
Ha publicado con la editorial Edebé la colección Zoila, de literatura fantástica juvenil.
Ha impartido cursos de animación a la lectura para profesores y maestros en múltiples escuelas y centros de formación de profesorado de España, así como en el centro de coordinación del profesorado de escuelas bilingües en de Tyler, Texas.
Coordina el Taller de creación de historias mínimas de Caixa Forum para estudiantes de ESO y el departamento de LIJ de la Escuela de Escritores.
Es coautora de los libros Cuentos para educar II, Cuentos para prevenir, Cuentos para coeducar, Cuentos para fomentar la autoestima y Cuentos sobre el ocio activo de la CEAPA y de la colección Soy un superhéroe, bajo el pseudónimo Isaura Lee.
Ha publicado con la editorial Edebé la colección Zoila, de literatura fantástica juvenil.
LBA: Has trabajado anteriormente como coautora de libros infantiles bajo el pseudónimo de Isaura Lee, ahora con Zoila haces tú primera incursión en la literatura juvenil como autora. ¿Cómo ha sido para ti dar ese paso?
CF: Ha sido un reto maravilloso. Llevaba mucho tiempo queriendo escribir para adolescentes y sintiendo que no estaba preparada, que tenía que aprender más. Es muy cómodo decir que necesitas mejorar, que no tienes tiempo, que si pudieras tomarte un año sabático escribirías la mejor novela del mundo… Porque mientras no lo intentas, sigue existiendo la falsa seguridad de que puedes hacerlo.
Supongo que me escondí detrás de excusas de todo tipo hasta que Zoila irrumpió en mi vida y se empeñó en que me arriesgara a contar su historia y no me quedó más remedio que saltar al vacío y descubrir si era capaz.
LBA: A pesar de que Zoila tiene una trama con elfos, no es una historia épica fantástica sino más bien una historia sobre “la aceptación del yo”. ¿Qué intentabas transmitirnos con Zoila?
CF: Me gusta la gente diferente. Y me gusta que la gente que se sabe diferente se guste. Con Zoila quería que los lectores pensaran un poquito en la importancia de las diferencias.
Sé que un libro no cambia el mundo, que no cambia la forma de pensar, pero si Zoila hace que un solo lector se dé cuenta de que sus diferencias son estupendas y que las del que se sienta al lado también lo son, me sentiré muy satisfecha.
LBA: Me está encantando Zoila, la evolución de los personajes, el ritmo de la historia.
Se nota un increíble mimo en todos los capítulos. ¿Cómo es tu método de trabajo a la hora de escribir?¿Tienes un guión o te pones en la piel de Zoila y vas pensando en cómo reaccionarias tú?
CF: Qué bien que te esté gustando, mil gracias.
Planifico. Planifico toda la historia y me obligo a escribirla en orden, porque si me dejase llevar por lo que de verdad quiero, haría las diez escenas que más me gustan de toda la historia y luego me daría una pereza horrible escribir el resto. Así, escribo con el aliciente de llegar a ese punto en el que sé que voy a disfrutar mucho más.
Ahora bien, dicho esto de que planifico y soy ordenada (que queda muy bien) confieso que los planes y las escaletas cambian cada dos por tres, porque me meto en la piel del personaje y me doy cuenta de que lo que tenía pensando no encaja. Zoila, por ejemplo, no sabe ser romántica. Y en principio tenía pensadas para ella algunas frases estupendas, de esas que se quedan un ratito flotando cuando las lees, pero no. Es que las ponía en su boca y sonaban falsas. En cambio salieron otras que me encantaron. Zoila y yo hemos crecido mucho juntas.
LBA: Dicen que cada vez los jóvenes leen menos y creo que coincidimos en que eso no es del todo cierto. ¿Cómo ves tú el panorama de la literatura juvenil en la actualidad?
CF: Es una frase hecha, un cliché al que agarrarse para dárselas de defensor de la cultura. La música que escuchan los jóvenes no es música; esos pelos que llevan, ay, esos pelos; no leen nada y lo poco que leen es basura…
Leer no está prohibido. No es feo. No eres el bicho raro. No sé si alguna vez ha sido así, porque yo siempre he leído y nunca me sentido mal por ello ni nadie de mi entorno me ha hecho el vacío. Pero lo cierto es que ahora, en gran parte gracias a todos los que promocionáis la lectura en las redes sociales, leer es bonito, recomendable. Casi diría, pese a lo feo de la expresión, que está de moda. Se lee mucho y el lector juvenil tiene una pasión por lo que lee y una fidelidad a las historias y los personajes que le gustan, envidiable. Los adultos mayores (que los jóvenes también sois adultos, vaya) somos mucho menos apasionados.
Por suerte para vosotros, ahora se publica mucha literatura juvenil.Hay libros buenos, malos y regulares. Es genial que podamos elegir. Iba a decir que podáis elegir, pero es que yo leo juvenil, así que también elijo, pese a mis cuarenta y siete años.
LBA: ¿Quiénes han sido tus inspiraciones a la hora de escribir?
CF: Admiro a Ignacio Ferrando por su capacidad de trabajo, solo se puede escribir bien tomándoselo tan en serio como él lo hace. A Delibes por su claridad, por la capacidad de convertir el lenguaje más natural en algo tremendamente bello. A William Goldman porque escribió la historia más bonita, más romántica, más divertida y más canónica del mundo (juntar todo eso no es nada fácil). Y porque creó a Fezzik. Son muchos más, pero de ellos me he llevado la seriedad con la que me tomo la escritura, el intento constante de utilizar un lenguaje natural, directo, sin adornos y el deseo de romper algunas convenciones sin hacer mucho ruido, sin que se note demasiado.
LBA:¿Qué puedes contarnos de Zoila: La Cueva de Fuego?
CF: La Cueva de Fuego me ha hecho superar otro reto: crear un malo. Siempre se me han dado fatal los villanos. Mis personajes malos siempre terminan siendo buenos porque soy un poco moñas. Pero en esta historia necesitaba que Zoila se enfrentase a alguien que de verdad quisiera hacerle daño y crear a ese personaje me costó tanto, que me siento orgullosísima de él. Y no te cuento nada más o me censurarás la entrevista.
LBA: En marzo se publica Zoila: La Cueva de fuego,tercera y última novela de la saga. ¿Tienes algún otro proyecto en mente?
CF: Entregué la última novela de la saga a la editorial hace un año, así que sí, me ha dado tiempo a escribir. Tengo casi terminada una novela fantástica y muy avanzada otra de corte más realista. No es que escriba dos cosas a la vez, es que abandoné la fantástica hace unos meses porque no encontraba la voz para contarla (tengo veintisiete versiones archivadas en el ordenador). Me enfrasqué en otra historia y, como suele pasar cuando dejas de obsesionarte por algo, hace unas semanas encontré la voz que esa novela necesitaba y me lancé de cabeza a escribirla.
LBA: Ya para finalizar, ¿qué le dirías a alguien que quiera empezar a escribir?
CF: Que escriba. Que escriba mucho. Que lea mucho. Que se deje aconsejar. Yo he tenido la suerte de pasar por muchos talleres, pero también he estado en tertulias, en grupos de amigos escritores que compartían textos… Aunque sobre todo, a quien quiera escribir, le diría que no tenga prisa. Este oficio es una carrera de fondo, no se aprende en dos días, no se escribe una novela en dos meses, la primera versión siempre es un borrador sobre el que trabajar (mucho). La prisa nos lleva al fracaso y la paciencia al logro.
Muchas gracias a la fantástica Chiki Fabregat por concedernos la entrevista le deseamos lo mejor y esperamos con ansias su próxima novela.
Aquí las reseñas de las novelas:
Me llamo Zoila
Zoila: La leyenda del vínculo
¡Ojalá os halla gustado y espero volver a veros bajo las luces de mi biblioteca!
CF: Ha sido un reto maravilloso. Llevaba mucho tiempo queriendo escribir para adolescentes y sintiendo que no estaba preparada, que tenía que aprender más. Es muy cómodo decir que necesitas mejorar, que no tienes tiempo, que si pudieras tomarte un año sabático escribirías la mejor novela del mundo… Porque mientras no lo intentas, sigue existiendo la falsa seguridad de que puedes hacerlo.
Supongo que me escondí detrás de excusas de todo tipo hasta que Zoila irrumpió en mi vida y se empeñó en que me arriesgara a contar su historia y no me quedó más remedio que saltar al vacío y descubrir si era capaz.
LBA: A pesar de que Zoila tiene una trama con elfos, no es una historia épica fantástica sino más bien una historia sobre “la aceptación del yo”. ¿Qué intentabas transmitirnos con Zoila?
CF: Me gusta la gente diferente. Y me gusta que la gente que se sabe diferente se guste. Con Zoila quería que los lectores pensaran un poquito en la importancia de las diferencias.
Sé que un libro no cambia el mundo, que no cambia la forma de pensar, pero si Zoila hace que un solo lector se dé cuenta de que sus diferencias son estupendas y que las del que se sienta al lado también lo son, me sentiré muy satisfecha.
LBA: Me está encantando Zoila, la evolución de los personajes, el ritmo de la historia.
Se nota un increíble mimo en todos los capítulos. ¿Cómo es tu método de trabajo a la hora de escribir?¿Tienes un guión o te pones en la piel de Zoila y vas pensando en cómo reaccionarias tú?
CF: Qué bien que te esté gustando, mil gracias.
Planifico. Planifico toda la historia y me obligo a escribirla en orden, porque si me dejase llevar por lo que de verdad quiero, haría las diez escenas que más me gustan de toda la historia y luego me daría una pereza horrible escribir el resto. Así, escribo con el aliciente de llegar a ese punto en el que sé que voy a disfrutar mucho más.
Ahora bien, dicho esto de que planifico y soy ordenada (que queda muy bien) confieso que los planes y las escaletas cambian cada dos por tres, porque me meto en la piel del personaje y me doy cuenta de que lo que tenía pensando no encaja. Zoila, por ejemplo, no sabe ser romántica. Y en principio tenía pensadas para ella algunas frases estupendas, de esas que se quedan un ratito flotando cuando las lees, pero no. Es que las ponía en su boca y sonaban falsas. En cambio salieron otras que me encantaron. Zoila y yo hemos crecido mucho juntas.
LBA: Dicen que cada vez los jóvenes leen menos y creo que coincidimos en que eso no es del todo cierto. ¿Cómo ves tú el panorama de la literatura juvenil en la actualidad?
CF: Es una frase hecha, un cliché al que agarrarse para dárselas de defensor de la cultura. La música que escuchan los jóvenes no es música; esos pelos que llevan, ay, esos pelos; no leen nada y lo poco que leen es basura…
Leer no está prohibido. No es feo. No eres el bicho raro. No sé si alguna vez ha sido así, porque yo siempre he leído y nunca me sentido mal por ello ni nadie de mi entorno me ha hecho el vacío. Pero lo cierto es que ahora, en gran parte gracias a todos los que promocionáis la lectura en las redes sociales, leer es bonito, recomendable. Casi diría, pese a lo feo de la expresión, que está de moda. Se lee mucho y el lector juvenil tiene una pasión por lo que lee y una fidelidad a las historias y los personajes que le gustan, envidiable. Los adultos mayores (que los jóvenes también sois adultos, vaya) somos mucho menos apasionados.
Por suerte para vosotros, ahora se publica mucha literatura juvenil.Hay libros buenos, malos y regulares. Es genial que podamos elegir. Iba a decir que podáis elegir, pero es que yo leo juvenil, así que también elijo, pese a mis cuarenta y siete años.
LBA: ¿Quiénes han sido tus inspiraciones a la hora de escribir?
CF: Admiro a Ignacio Ferrando por su capacidad de trabajo, solo se puede escribir bien tomándoselo tan en serio como él lo hace. A Delibes por su claridad, por la capacidad de convertir el lenguaje más natural en algo tremendamente bello. A William Goldman porque escribió la historia más bonita, más romántica, más divertida y más canónica del mundo (juntar todo eso no es nada fácil). Y porque creó a Fezzik. Son muchos más, pero de ellos me he llevado la seriedad con la que me tomo la escritura, el intento constante de utilizar un lenguaje natural, directo, sin adornos y el deseo de romper algunas convenciones sin hacer mucho ruido, sin que se note demasiado.
LBA:¿Qué puedes contarnos de Zoila: La Cueva de Fuego?
CF: La Cueva de Fuego me ha hecho superar otro reto: crear un malo. Siempre se me han dado fatal los villanos. Mis personajes malos siempre terminan siendo buenos porque soy un poco moñas. Pero en esta historia necesitaba que Zoila se enfrentase a alguien que de verdad quisiera hacerle daño y crear a ese personaje me costó tanto, que me siento orgullosísima de él. Y no te cuento nada más o me censurarás la entrevista.
LBA: En marzo se publica Zoila: La Cueva de fuego,tercera y última novela de la saga. ¿Tienes algún otro proyecto en mente?
CF: Entregué la última novela de la saga a la editorial hace un año, así que sí, me ha dado tiempo a escribir. Tengo casi terminada una novela fantástica y muy avanzada otra de corte más realista. No es que escriba dos cosas a la vez, es que abandoné la fantástica hace unos meses porque no encontraba la voz para contarla (tengo veintisiete versiones archivadas en el ordenador). Me enfrasqué en otra historia y, como suele pasar cuando dejas de obsesionarte por algo, hace unas semanas encontré la voz que esa novela necesitaba y me lancé de cabeza a escribirla.
LBA: Ya para finalizar, ¿qué le dirías a alguien que quiera empezar a escribir?
CF: Que escriba. Que escriba mucho. Que lea mucho. Que se deje aconsejar. Yo he tenido la suerte de pasar por muchos talleres, pero también he estado en tertulias, en grupos de amigos escritores que compartían textos… Aunque sobre todo, a quien quiera escribir, le diría que no tenga prisa. Este oficio es una carrera de fondo, no se aprende en dos días, no se escribe una novela en dos meses, la primera versión siempre es un borrador sobre el que trabajar (mucho). La prisa nos lleva al fracaso y la paciencia al logro.
Muchas gracias a la fantástica Chiki Fabregat por concedernos la entrevista le deseamos lo mejor y esperamos con ansias su próxima novela.
Aquí las reseñas de las novelas:
Me llamo Zoila
Zoila: La leyenda del vínculo
¡Ojalá os halla gustado y espero volver a veros bajo las luces de mi biblioteca!